Creo que me perdí un mes completo, si no dos.
A veces uno no sabe que cosas necesita de la vida. Piensa que lo necesita todo, que no tiene nada valioso, y por su puesto, tampoco posee la fuerza ni las capacidades para mejorar esta situación.
Somos una especie compleja, la única que se predispone ante una situación. La única que cuenta con el estúpido razonamiento del "no".

"No puedo", "No quiero", "No va a resultar"...

He recibido un PUNCH!! de energía este fin de semana,  y aunque fueron cerca de 5 días de descanso... creo que mi cabeza me permitió descansar sólo 2.

Lo más fuerte es que, me descubrí haciendo un discurso sobre la vida, sobre las cosas que quería y cómo  poder conseguirlas... he tenido las respuestas a mis preguntas sin darme cuenta, o mejor dicho, sin querer darme cuenta.

Tenía la solución a mi felicidad escondida tras mi oreja...

Y si... es verdad que me cansé de esperar, que culpo a algunas personas por estar sentada aquí. Pero, tambien debo admitir que la mayor parte de la culpa es mia.

Hoy quiero decir todo lo que he pensado hasta hoy con respecto a mi vida.


*No tengo la vida que pensé tendría a los 29 años.
*Pensé que a estas alturas de una relación ya existían parámetros claros.
*Te culpo de no continuar con el paso lógico.
*Me culpo por no tener determinación.
*Los culpo por no haber echo de mi vida lo que debía.
*Los culpo por no liberarme.
*Los culpo por llenarme de aprensiones.
*Los culpo a todos por volverme complaciente, en ves de vivir mi vida!
*Los culpo por hacerme responsable de toda una vida, que no era la mía.
*Me culpo por no ser más decidida.
*Me culpo por no arriesgarme.
*Te culpo de no hacerme sentir especial.
*Me culpo por no sentirme especial.
*Los culpo por no tener visión del futuro y sus cambios.
*Te culpo... por no darme el ejemplo de contención.
*Te culpo por no querer compartir tu vida.
*Me culpo por no materializar!.

*Me culpo por tener miedo a fracasar.


Carpe Diem... disfruto de mi vida, de mis amigos, de mi familia, de mi relación de pareja... día a día... sin planes, lo cual me desespera, porque tengo la estúpida manía de querer tener todo bajo control. Algunos lo saben, no me gustan las sorpresas.  
La vida me ha enseñado hasta ahora que los planes muchas veces no funcionan como uno espera, no por falta de valor, o constancia, más bien porque son otros los momentos, o las personas. Si bien nosotros somos los escritores de nuestra historia, la eventualidad es más fuerte y la vida de los demás habitantes de este planeta influye en la nuestra, aunque no lo crean. 

Lo claro es que, cada cosa encuentra su propio lugar y su tiempo. Hay veces que no importa cuanto hayas intentado las cosas, no importa cuanto hayas llorado por obtener algo, o cuanto lloraste por verte en la desesperación de una situación. No es necesariamente falta de intensión o convicción. NO IMPORTA cuanto lo quieras... a veces AQUELLO, llega nada más, cuando debe llegar.